Ademas de contener agua, también contienen y guardan secretos; el agua puede llegar por medio de tuberías o ser la salida de un manantial; en cambio, los secretos caen en su interior al ser contados por las personas que, sentados en su cancel, y a solas, comienzan a hablar con la confianza de que nadie los oye, sin caer en cuenta que las palabras chocan en la roca de la fuente y crea pequeños ecos en cada ranura haciendo que las frase, los dichos y lo dicho, queden incrustados por siempre en su interior, y que además con la humedad de sus paredes, estas palabras se mantienen frescas ...
Pero no hay de que preocuparse por hablar con las fuentes, porque podemos estar seguros que a nadie le dirán lo que saben ...
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